Resultaba difícil creer que Roxana mantuviera su figura curvilínea impecable incluso después de dar a luz a cinco hijos. Independientemente de cómo se vistiera, irradiaba una juventud que desafiaba su edad real.
De hecho, en una ocasión la confundieron con una estudiante universitaria. Claro está, su apariencia era el resultado de un estricto control de su dieta y de sus constantes rutinas de entrenamiento.
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