—¡Abril!
Frida sólo volvió en sí cuando Abril se marchó enfadada. Se oyó un fuerte portazo en el piso de abajo. Frida se apresuró a asomarse al balcón para ver cómo Abril entraba en su coche y se alejaba rápidamente. La visión hizo que Frida cerrara los puños de frustración.
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