A Camilo le tomó bastante tiempo recuperarse del shock, así que la primera cosa que hizo fue reportárselo a Luciano, quien no pronunció palabra alguna después de terminar la llamada; Jonatan no era un tonto, por lo que terminó de comer, aunque ya estaba frío. Cuando el teléfono de Luciano se encendió de nuevo, Jonatan volteó a verlo y el otro contestó con rapidez.
―Señor Fariña, tengo los resultados ―pronunció Camilo con cautela.
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