—¿Cómo te fue? ¿El Grupo Quevedo dejará de trabajar para nosotros? —preguntó Roxana con el ceño fruncido.
Conrado asintió con una mirada sombría. Por lo regular era caballeroso y cortés, pero era la primera vez que tenía una expresión así. Aunque Roxana no tenía idea de lo que le dijeron, pensó estaba indignado por la actitud de quien lo atendió.
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