La respuesta de los niños dejo a Roxana con la boca abierta. Era la primera vez en mucho tiempo que le ocultaban un secreto. Su curiosidad se intensificó por saber cuál era el producto final. Comenzó a perder la noción del tiempo, cuando los niños finalmente terminaron su manualidad. Les echó un vistazo a su trabajo final y Roxana se dio cuenta de que había tenido razón en cuanto su suposición anterior, sobre que los niños estaban mirando sigilosamente a Luciano. Incluso él sintió sus miradas y frunció el ceño confundido.
Andrés y Bautista escondieron la manualidad en sus manos y corrieron por todo el taller, buscando algo. Se detuvieron frente a una caracola blanca con un brillo fluorescente y se sintieron aliviados cuando su manualidad cupo en la caracola después de abrirla. La caracola estaba en venta, así que los niños buscaron dinero en sus bolsillos. Después de pagarlo, caminaron con cautela hacia Luciano.
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