Siguiendo las instrucciones de Roxana, Sonia se enjuagó la mano con agua fría durante quince minutos y sintió que el ardor desaparecía al instante.
A continuación, Roxana aplicó con cuidado su pomada casera para quemaduras, que parecía una crema hidratante, sobre la mano de Sonia y ajustó el aire frío del secador de pelo para secar lentamente la pomada.
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