Ante la inmutable reacción de Estela a sus palabras, Luciano no supo qué hacer. Desde que la pequeña se había vuelto cercana a Roxana, había adquirido una cierta doble moralidad hacia ellos, tratando a Roxana mejor que a él.
«Lo que Roxana hizo anoche fue demasiado, pero Estela decidió perdonarla de todos modos. Por otro lado, Estela está enojada conmigo por no ponerle atención a todas las cosas buenas que dice sobre esa mujer; ahora ni siquiera me escucha». Si no fuera porque sabía que Roxana era la madre biológica de la niña, en estos momentos se le haría más difícil aceptar la actitud de Estela.
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