Mientras tanto, Estela estaba en la mesa de café, jugando con legos cuando Luciano regresó a la mansión. Ya que pasaba mucho tiempo con Andrés y Bautista, se vio influenciada por sus hábitos y había hecho que Luciano le comprara muchos legos. Teniendo en cuenta que jugaría sola, Luciano le compró un juego de legos más pequeño que cabía perfectamente en la mesa de café.
Al entrar, Estela vio hacia la puerta y se puso de pie para darle la bienvenida. Sin embargo, todo lo que hizo fue quedarse a su lado y mirarlo en silencio. Cada vez que la veía no podía evitar recordar a Roxana.
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