Roxana estaba sola en la oficina.
Había planeado seguir investigando sobre enfermedades congénitas infantiles, así que inició su computadora y se puso a leer. Sin embargo, parecía no poder concentrarse. La razón por la que regresó al instituto era para distraerse con el trabajo pendiente y así olvidarse de las palabras de Luciano, pero no esperaba todo el apoyo que recibió de sus colegas con respecto a la consulta médica. Ahora, estaba sentada sola en la oficina sin poder descifrar sus emociones encontradas y sin poder retener información sin importar cuanto leyera.
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