Esteban estaba furioso hasta el núcleo y golpeó contra la puerta, lo que hizo que Yesenia volteara en esa dirección con seriedad antes de pararse para dirigirse para allá, por lo que vio lo verdaderamente enfurecido que estaba su padre tan pronto como abrió la puerta.
—¿Esto lo hiciste tú? —le rugió el hombre y quedó congelada por unos momentos. Ella ya lo había visto perder el control de su temperamento en el pasado, pero jamás lo había visto tan iracundo.
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