Roxana no pudo evitar sentirse molesta; la habían saboteado y los proyectos del instituto de investigación no podían avanzar debido a eso. Nunca se imaginó que la venganza de Abril con ella iba a persistir incluso después de seis años. Peor aún, Abril había recurrido a tácticas muy crueles para vengarse de ella. Sin embargo, no era el momento para que la abrumaran las emociones y apretó los puños en un intento de tranquilizarse.
—Está bien. Si Horneros no es la solución a nuestros problemas, entonces podemos intentar con otras ciudades. De seguro, alguien debe estar dispuesto a colaborar con nosotros —dijo mirando a Conrado.
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