Antes de irse, Luciano fue a la habitación de los niños para revisarlos y en cuanto abrió la puerta, los miró platicar y sostener una láptop en sus brazos; al verlo, los niños la cerraron y le dirigieron una mirada cohibida.
―Señor Fariña, ¿qué lo trae por aquí? ¿Mami se encuentra bien? ―preguntaron. Luciano aún traía puesta la camisa que le vomitó Roxana, pues no contaba con un cambio de ropa, aunque su abrigo logró ocultar la vista sucia de ellos; al ver sus expresiones llenas de nerviosismo, Luciano les hizo una pregunta con las cejas fruncidas.
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