Andrés y Bautista pidieron un taxi en cuanto consiguieron salir de la mansión. Al principio, el conductor dudó si llevar a los dos niños al verlos. Sin embargo, echó un vistazo a la zona residencial de donde salieron corriendo y arrancó el motor inmediatamente después de que le informaran de su destino.
«Esto me hará ganar mucho, ¡dado lo ricos que son sus padres!»
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