A diferencia de la actitud desdeñosa de Pilar hacia Abril, Pamela fue respetuosa. En respuesta, Abril desechó su actitud altiva y asintió cortésmente a Pamela mientras empujaba a Estela hacia su maestra. Al recordar la actuación anterior de la niña en clase, Pamela no pudo evitar sentirse ligeramente preocupada. Aunque para ella era realmente un honor tener a la heredera de la familia Fariña en su clase, no escaparía a las consecuencias si alguna desgracia le ocurría a la niña a su cargo. Abril pareció darse cuenta de su preocupación y le sonrió.
—El estado de Ela es bastante inusual, ya que es sensible a los cambios de entorno. Por favor, cuide de ella, Señora Verdugo. La invitaré a comer uno de estos días.
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