—Confía en mí.
Tras el suave murmullo de Luciano, un suave beso cayó sobre los labios de Roxana. Roxana contuvo instintivamente la respiración y miró aturdida al hombre que tenía delante. Sus ojos parpadearon al pensar en sus palabras de antes, y por fin bajó la guardia. Aunque Luciano quería profundizar el beso, sólo podía tantear el terreno con cuidado, pues no estaba seguro de los sentimientos de Roxana. Al sentirlo, Roxana cerró los ojos lentamente.
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