En el departamento de hospitalización del hospital de alto nivel, Carolina se quitó la gasa y se revisó la frente. Sintió un gran alivio cuando vio que no tenía ninguna cicatriz. Esperó la llegada de Jonás.
«Je, je. Más o menos conozco su debilidad. Si tomo la iniciativa, tarde o temprano conseguiré mi objetivo». Una leve sonrisa curvó sus labios.
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