Estela estaba confundida, pero mantuvo su sonrisa inocente porque sabía que Roxana la estaba elogiando. Luego, retiró su mano de forma obediente. Roxana sacó las herramientas que había preparado y sacó la flor amarilla con cautela junto con sus raíces. Estela inclinó su cabeza hacia un lado, confundida por lo que estaba viendo.
―Para las hierbas medicinales como estas, necesitas conservar sus raíces también ―explicó Roxana con paciencia.
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