—Parece que le agradas mucho a los niños, Roxana —dijo Leandro, se acercó con un plato de comida y se sentó frente a ella. Jael se le unió y saludó a Roxana al asentir con la cabeza, a lo que ella respondió con una sonrisa.
—Tengo más experiencia que tú cuidando niños —se burló de Leandro al dirigirse a él—. Además, siempre llevo dulces conmigo para convencerlos. Es un método eficaz, ¿no crees?
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