Ante la observación del especialista, Luciano finalmente cedió con el ceño fruncido. Esta vez, dos especialistas le acompañaron al interior de la sala. Monitorizaban las ondas cerebrales de Roxana en el exterior, preparados para avisar a Luciano cuando se produjeran fluctuaciones.
Por eso, Luciano entró de nuevo en la habitación del hospital. En la cama del hospital, Roxana seguía sin mostrar signos de despertarse.
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