Poco después, Roxana terminó su brazalete. Cuando miró hacia lado, vio que la cabeza de Estela seguía enterrada en la mesa, por lo que se quedó sentada en su estación sin decir nada, esperando a que Estela terminara.
―¡Señorita Jerez!
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread