Roxana notó que su expresión se ensombrecía y supuso que era porque no le había gustado el almuerzo de antes, así que, impotente, continuó tranquilizándolo.
―Me hizo muy feliz que ustedes pusieran mucho esfuerzo en ayudarme a preparar el almuerzo. Gracias por ello.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread