Andrés y Bautista observaron en silencio y con envidia desde atrás, ya que también querían usar atuendos combinados con sus padres; sin embargo, no eran tan atrevidos como su hermanita menor. Cuando Roxana miró con una sonrisa a Estela, sus preocupaciones se disiparon; luego, le acarició la cabeza y le dijo:
—Ese vestido te queda muy bien, Ela. Ahora, vamos a quitárnoslos para que la empleada los empaque.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread