Roxana se veía un poco preocupada, sabía que el hombre estaba muy enojado por lo que había sucedido esa mañana, así que, si lo llamaba para saber a qué hora iría a recoger a Ela, podría molestarse más.
—Si mi padre no viene ahora, ¿podría quedarme a dormir con ustedes, señorita Jerez? —preguntó la niña emocionada.
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