Roxana salió del Grupo Herbolaria y se dirigió directo a la residencia Fariña y en menos de veinte minutos ya se encontraba estacionada en la entrada principal. Tocó el timbre desesperada y Catalina atendió por la bocina del timbre en poco tiempo.
—Señora… —Catalina habló sin fijarse quien estaba en la pantalla, pero cuando se dio cuenta, cambió sus palabras—. Señorita Jerez.
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