Al observar las figuras, Abril entrecerró sus ojos mientras apretaba el agarre en vial que el hombre le había dado.
Roxana no tenía idea de su presencia. Después de almorzar, el sol del atardecer iluminaba la tierra con su luz cálida. Los niños no tenían nada de sueño, por el contrario, tenían calor por la temperatura que seguía aumentando. Roxana observó su alrededor antes de llevarlos hacia la cascada, en donde se encontraron con una brisa fresca y agradable al instante. Incluso Roxana no pudo evitar soltar un suspiro de satisfacción.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread