―El Grupo Quevedo no se peleará con el Grupo Fariña por algo tan trivial como esto y no arriesgaré a mi grupo tampoco; era obvio que ya había hecho todos los preparativos antes de venir a hablarlos con usted ―reformuló Jonatan sus palabras, al notar la preocupación de Roxana. La indecisión en su cara se fue poco a poco al ver su expresión confidente; sin embargo, no se contuvo a hacer otra pregunta.
―Pero, ¿por qué me está ayudando? ¿Es solo porque curé la enfermedad del gran señor Quevedo?
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