Después de la cena, Roxana y Conrado tomaron caminos separados y regresaron a sus respectivas casas. Cuando Roxana llegó a su hogar, Lisa había ido a buscar a los dos niños, que jugaban Legos en la alfombra. Andrés y Bautista rodearon enseguida a su madre en cuanto la vieron entrar.
—¿Ya comieron? —les preguntó preocupada mientras les acariciaba la cabeza.
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