Al ver la sonrisa en el rostro de Luciano, Roxana quedó sorprendida por un momento. Luego, sus mejillas se sonrojaron un poco. Solo volvió en sí después de un rato, momento en el cual se dio vuelta culpablemente y continuó cocinando.
Mientras tanto, Luciano la observaba con los brazos cruzados. Cuando terminó de cocinar, él ayudó a llevar los platos y a poner la mesa.
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