Los siguientes días, Roxana no llevó ni recogió a los niños debido a su trabajo. Al igual que antes, ellos regresaban y l decían lo triste que Estela estaba de no verla. Aunque Roxana sentía lástima cada que escuchaba eso, no dijo nada al respecto.
Una noche, los niños esperaban a que sus padres los recogieran después de la escuela como de costumbre. Estela observó a los chicos. No hacía falta que dijera nada, pues ellos sabían lo que iba a decir. Su pregunta sería la de siempre; si su madre iba a llegar. Las miradas de Estela en los últimos días podían cavar un hoyo en sus rostros a ese punto. Sin embargo, ellos no podían hacer nada si su madre no les daba permiso. Poo después, Lisa apareció en la fila de padres de familia y Estela desvió la mirada con decepción. Andrés y Bautista no se fueron de inmediato, sino que esperaron hasta que el auto de Luciano apareciera antes de irse con Lisa.
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