A la mañana siguiente, mientras Abril estaba desayunando, su guardaespaldas la llamó.
—Señorita Pedrosa, averigüé lo que me pidió. Anoche, el señor Fariña llevó a la señorita Estela a ver a una mujer de apellido Jerez. Estuvieron en su casa durante casi tres horas antes de irse... —Por desgracia, antes de que el guardaespaldas pudiera terminar su frase, oyó que terminaban la llamada del otro lado.
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