Mientras tanto, Roxana le pidió a Magalí que recogiera a sus hijos ya que ella tenía que acudir a la reunión; apenas había salido la mujer por la puerta, cuando se encontró con el auto de Jael esperándola afuera. Cuando el hombre la miró se bajó del auto y le preguntó:
—¿Los niños todavía están en la escuela? —parecía un poco decepcionado.
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