A todos los niños se les llenaron los ojos de lágrimas cuando lo vieron marcharse. Roxana agachó la cabeza para ocultar su dolor.
—Hay muchos casos así y lo único que podemos hacer es ayudarles en la mejor manera posible —dijo Jael—. Está bien estar triste, pero no hay que deje que eso la abrume.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread