Tras abandonar la residencia de Dorante, Luciano ni siquiera tuvo tiempo de enviar a Erica a casa y la llevó al hospital. Cuando se sentó en el asiento trasero del copiloto y observó por el retrovisor lo preocupado que parecía, no pudo evitar suspirar para sus adentros. «Así que resulta que todo lo que Sonia me dijo anteriormente es cierto. No puedo creer que ame a alguien hasta ese punto».
Al darse cuenta de lo fuerte que era su amor por Roxana, no hizo más que despertar su curiosidad por saber qué clase de mujer era ella. A pesar de que la llevaba al hospital en mitad de la noche, no emitió ni una sola queja.
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