—¿Qué cosa? —preguntó Abril con una mueca.
Frida tomó su teléfono y le mostró algunas fotos: en la primera, había una carpa y, no muy lejos de esta, había una falda blanca. No se mostraba nada más, pero Abril ya tenía una expresión sombría: «Conozco esa carpa. Era la que montaron Roxana y esos imbéciles aquel día. Es probable que esa falda blanca sea la que usé aquella ocasión». Como no había nada más en la imagen, quedaba claro que Abril era el blanco de la persona que tomó la fotografía.
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