Luego de ver a los niños entrar al jardín de infantes, Roxana volteó a ver a Luciano con sus emociones mezcladas y empezó a hablar.
―Los niños me dijeron que tú me llevaste a casa ―comentó. Luciano asintió con la cabeza y evitó la mirada de ella, moviendo los ojos hacia un lado, como si nada hubiera pasado; la verdad era que él no lograba dejar de pensar en la escena de la noche anterior cuando miraba la cara de Roxana. Ella desvió su mirada nada más para ver que el auto del hombre estaba estacionado a un lado del camino y creyendo que él tenía prisa por irse, decidió ir directo al punto―. ¿Me puedes decir cómo nos encontramos anoche? ―indagó, causando que la cara de Luciano se tornara fría cuando Roxana mencionó su encuentro.
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