Cuando Roxana llegó al hospital, quiso llevar a Bautista en brazos; sin embargo, el niño temía que ella se cansara así que insistió en entrar él solo. La mujer no tuvo más remedio que permitírselo. Después de que los niños consiguieran el turno, ella los llevó al segundo piso.
—¿Cómo te sientes? ¿Todavía te duele mucho el estómago? —le preguntó de manera cautelosa mientras caminaban.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread