Mientras tanto, cuando Camilo comenzó a acelerar la velocidad del coche, Roxana le pidió que fuera más despacio, asegurando que no tenía prisa. Luciano, sentado junto a Roxana, apartó la vista de su teléfono y habló con indiferencia.
―Olivia parece tener la costumbre de elegir el momento perfecto para hacer sus movimientos. La última vez, cuando tu instituto de investigación en Epea estaba en alza, se coló en la nueva dirección y se llevó todo el mérito de tu éxito.
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