El avión lentamente recuperó el control, pero la mente de Roxana aún estaba tan blanca y vacía como una hoja de papel. No fue hasta que aterrizaron de manera segura que Roxana volvió en sí. Aún seguía teniendo miedo sobre lo que acababa de pasar.
―Te dije que aterrizaríamos de manera segura.―Las palabras de Luciano parecían contener un significado oculto. ―Ya que por fin llegamos, podrías soltarme ahora, ¿cierto, señorita Jerez?
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