Ahora que Pamela había observado bien a Roxana, se dio cuenta de que, efectivamente, había algunas similitudes entre Estela y ella. A pesar de ello, prefirió ser prudente y confirmarlo con Estela. —Ela, ¿es tu tía?
Estela se limitó a rodear el cuello de Roxana con los brazos, de espaldas a Pamela. Ni una sola palabra salió de su boca.
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