Al ver su buen humor arruinado por aquel hombre repugnante, Magalí decidió dejar de jugar y, en su lugar, lavarse para prepararse para ir a la cama. Después de todo, tenía que realizar varias operaciones importantes al día siguiente. Aunque no era la cirujana jefe de esas operaciones, tenía que supervisar todas las operaciones importantes.
Mientras estaba tumbada en la cama, se le pasó por la cabeza la idea de Jonás. Recientemente, había estado dándole vueltas a cómo él no le había dado ninguna respuesta. Ni siquiera le dijo nada después del incidente de Carolina. «Probablemente no esté interesado en mí. Da igual. A lo mejor no éramos el uno para el otro desde el principio».
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