Tontearon en el baño y, cuando Luciano por fin aflojó el ritmo, Roxana estaba tan cansada que estaba a punto de desmayarse. Luciano la llevó a la cama y siguieron haciéndolo hasta altas horas de la madrugada.
Roxana se despertó como si su cuerpo estuviera a punto de desmoronarse. El espacio a su lado estaba vacío. No tenía ni idea de dónde se había metido Luciano.
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