La mujer bajó la mirada, se recompuso y reprimió la ira. Cuando volvió a levantar la mirada hacia él, lo hizo con indiferencia.
—No sé qué puedo ofrecerle para compensarlo. Recuerdo haber visto una cafetería que parece excelente cuando caminé por la zona esta tarde. ¿Qué le parece si le invito una taza de café?
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