Después de que Roxana llevara a los niños a almorzar, les compró dos conjuntos de ropa y regresaron a casa. Lisa preparó la cena y Roxana se sentó con ellos en la mesa del comedor. La joven les preguntó a los niños qué hicieron y ellos respondieron con sinceridad; el ambiente era bastante cordial. Al cabo de un rato, Roxana se dio cuenta de que Bautista había estado comiendo muy despacio.
—¿Qué sucede, Bautista? ¿Comiste demasiado en el almuerzo y no tienes hambre?
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