Justo en ese momento, ya nadie podía escuchar el anuncio a través de los altavoces. El avión estalló en un caos, con lamentos y gritos sonando por todas partes. Incluso había pasajeros exigiendo respuestas ante sus preguntas. Era la primera vez que Roxana experimentaba una situación como esta también. Aunque se sentía inquieta, se las arregló para mantener la calma. Sin embargo, mientras escuchaba lo que estaba pasando a su alrededor, el sentimiento de inquietud en su corazón se hizo aún más fuerte. El avión seguía experimentando turbulencia, de pronto, alguien gritó:
―Mis hijos están esperándome en casa.
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