Recordando su tarea de llevar a Estela al colegio mañana, Abril puso el despertador a las seis de la mañana. Se sintió muy irritada cuando sonó el despertador a la mañana siguiente, perturbando su sueño. Anoche apenas pudo dormir porque no dejaba de pensar en Roxana y Jael. Sólo había dormido entre tres y cuatro horas. Levantó la mano para apagar la alarma y cerró los ojos, deseando volver a dormirse.
«Pero aún necesito ganarme el favor de Luciano...»
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