—¡Roxana, maldición! ¿Por qué estás haciendo esto? Yo fui la que Luciano amó primero. Todo esto es culpa tuya. Te ha dejado a causa tuya. Deberías desaparecer. Algún día él verá tu verdadera naturaleza. No eres más que una mujer con un largo historial de relaciones —acusó Abril a Roxana. Sus gritos histéricos resonaban en el salón de la mansión.
—¡No permitiré que hables así de mamá! ¡Eres mala! ¡Te odio! ¡Te odio mucho! —Estela perdió repentinamente el control de sus emociones y comenzó a llorar. Mientras lo hacía, recogía cosas a su alrededor y las lanzaba hacia Abril.
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