Estela lloraba a todo pulmón en los brazos de Roxana y sostuvo con mayor fuerza su camisa cuando dijo:
—La quiero a usted, señorita Jerez. ¡Quiero que sea mi mami! —Roxana quedó atónita, luego Estela añadió—: Es la mejor, señorita Jerez. También le agrada a papi…
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