—¿Aún crees que no te equivocaste? —Jonatan intentaba averiguar lo que pensaba con echarle una mirada. Con frialdad y seriedad, bajó los documentos que tenía en las manos y se le quedó mirando.
—No hice nada malo. —Frida frunció el ceño—. La que atacaba a Roxana no era yo, sino la señora Fariña. Yo solo seguía sus instrucciones.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread