—Señorita Estela, ¿le ha contado esto al señor Fariña? —preguntó el conductor.
No se acordó de preguntarle hasta que estaban en camino. Al ver que la niña no le respondía, el hombre supo que estaba en graves problemas. «Huyó sin decírselo... Si el señor Fariña se entera, estoy muerto». Mientras pensaba, el conductor miró a Estela por el espejo retrovisor.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread