Después de que Roxana se fuera en el taxi, Jael se dio la vuelta y miró al hombre junto a él con el ceño fruncido. A juzgar por sus interacciones, Jael podía ver que el hombre parecía estar interesado en Roxana, sin embargo, su identidad era algo preocupante. Jael miró de reojo a Conrado y un brillo de burla cruzó por sus ojos. No fue hasta que el taxi desapareció por completo cuando Conrado volteó a ver a Jael.
—Señor Dorante.
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